SUPERDEPORTIVOS ESPAÑOLES (III): TAURO SPORT AUTO
Siguiendo con la serie de post sobre los
deportivos que se producen en España y, tras haber hablado del particular
concepto de Tramontana y el tecnológico Aspid, le toca el turno a una joven
marca que se presenta con un proyecto real y apasionante: Tauro Sport Auto, cuyo nombre y logo rezuman españolidad.
La compañía, formada íntegramente por capital
español, se creó en 2010 por un grupo de empresarios españoles entusiastas de
los automóviles, entre ellos Pedro Julián Santos Perandones, principal promotor
y cabeza más visible del proyecto, y en colaboración con un pequeño fabricante
británico de vehículos de competición (la misma empresa que fabrica los chasis
de los Mosler de carreras), ubican su sede en Valladolid. Tiene como objetivo hacer llegar a sus clientes modelos
exclusivos, superdeportivos de lujo producidos en pequeñas series limitadas,
debidamente numeradas, de forma artesanal. El principio de la compañía es revivir
el espíritu de los deportivos “de verdad”,
que se construían durante el siglo pasado, pero sin renunciar a los beneficios
de la tecnología actual. Ofrecen productos de alta calidad, para lo que emplean
los mejores materiales, como el aluminio, fibra de carbono, cuero, alcántara...,
de marcas de reconocido prestigio, que aportan fiabilidad
al conjunto. Además, los clientes disponen de numerosas posibilidades de
personalización para conseguir una pieza única.
Su primer modelo, el Tauro V8 Spider, ha sido esbozado
teniendo en cuenta los diseños de los coches de la década de los ’60,
obteniendo un resultado final que realza la deportividad y resulta bastante
atractivo. Basado en la plataforma del Solstice (modelo poco conocido
en Europa), de la desaparecida Pontiac, es un tradicional roadster
de motor delantero y propulsión trasera, un vehículo para disfrutar de la
conducción.
Con una longitud de 4425 mm,
por 1900 mm de ancho y 1225 mm de alto, monta
un motor V8 delantero longitudinal
“Small Block” de origen General Motors (el mismo del Corvette), con 6.2
litros de
cilindrada, 440 CV de potencia y 586 Nm de par motor máximo. Opcionalmente se
puede disponer de diferentes niveles de preparación, gracias a una admisión
mejorada y árboles de levas específicos. Son denominadas por la marca como: “Stage
I”, con 480 CV y 644 Nm y “Stage II”, con 530 CV y 663 Nm. Asimismo,
dispone de una caja de cambios manual de 6 relaciones, firmada por la marca
Tremec, o una secuencial con las mismas relaciones, pero esta de origen General
Motors, que puede llevar o no levas tras el volante. Los frenos son ventilados
y perforados en ambos trenes, los delanteros de 360 mm de diámetro con
pinzas de 6 pistones y los traseros de 335 mm con pinzas de 4 pistones, además de
contar con las ayudas electrónicas del ABS, el control de estabilidad y de un
diferencial autoblocante para la propulsión trasera. La báscula se para en unos
livianos 1350 kilogramos
para la configuración básica. Sus prestaciones son de un auténtico
superdeportivo, alcanzando una velocidad
máxima de 295 km/h,
con una aceleración de 0 a
100 km/h
en tan solo 4 segundos.
Si se cumplen las previsiones de
venta, en un futuro próximo se
desarrollará variantes al Spider para aportar diversidad y un valor añadido a
la joven marca. Por tanto, se plantea un V8
Coupe, realizado sobre la misma base de la versión abierta, que dispondría
de un de techo rígido respecto al anterior, garantizando un nivel prestacional
de primer nivel, independientemente de las condiciones climatológicas que se
den. Saeta fue el nombre dado al
primer avión a reacción construido en España a mediados del siglo pasado. Este
es el nombre elegido para un “track day”,
que incorporaría elementos provenientes de la competición, enfocado para que el
entusiasta de la conducción pueda obtener el máximo nivel prestacional y
dinámico en el ámbito de cualquier circuito. Portago, en homenaje al piloto español Alfonso de Portago, una “barchetta” cuyo diseño se basaría en los
modelos de los años ´50 y ´60 del siglo pasado, paradigma de la pasión y la
deportividad, que nos traslade a aquellos eventos del motor, como la Mille Miglia o la Targa Florio,
mucho más que simples competiciones, donde los denominados “gentleman drivers” demostraban sus dotes
de pilotaje.
A pesar de que “el vehículo se encuentra en la fase final de su desarrollo, con un
rediseño casi por completo del interior, suspensiones en fase de optimización, variación
en la refrigeración del motor…, se esperan entregar las primeras unidades para
mediados de 2013”, cuyo inicio de producción se realizará con una serie
limitada de 30 unidades a un precio que parte de los 100.000 euros.
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