LA PRUEBA DEL ALCE
¿Qué es?: La prueba de maniobra evasiva o, más comúnmente conocida como prueba del alce, es un test de seguridad que mide la estabilidad de un coche cuando debe evadir un obstáculo que aparece de repente.
Historia: Esta prueba era realizada
solo por periodistas del motor suecos (en sueco: Älgtest) desde la década de los 70, hasta que adquirió una notable
importancia tras una afamada polémica que más adelante relataré.
¿En qué se basa?: Imagina que se va
conduciendo por una carretera de Suecia y, de repente, aparece un alce en el
carril, animal habitual de los países escandinavos. Entonces se realiza una
maniobra rápida y muy arriesgada de esquiva del animal al tener que invadir el
carril contrario y eliminar lo más pronto posible la situación de colisión. El
alce es un animal cuyo peso oscila entre los 350 y 450 kg, lo que, en caso de atropello,
los desperfectos al vehículo serían muy considerables o un potencial accidente con
consecuencias muy graves para los ocupantes. En caso de invasión del carril
contrario se produce una situación muy peligrosa para los coches que puedan
circular por el sentido opuesto.
En realidad, la
prueba es más para evitar, por ejemplo, a un niño que cruza la calzada
o un coche marcha atrás sin visibilidad, ya que, es más probable
que el alce continuara a través de los caminos que siguen vigentes o que se
detuviera o, en el caso del conductor, realizara una frenada fuerte y tratara de pasar despacio cerca del animal, más que
hacer un giro brusco sin decelerar.
Origen del nombre: Fue por el periodista alemán
Robert Collin, artícife de la polémica, con motivo de ser entrevistado por el periódico alemán
“Süddeutsche Zeitung”, cuando trató de explicar esta prueba comparándolo con la maniobra evasiva de un
alce en la carretera (en alemán: Elchtest).
¿En qué consiste?: Se realiza en
circuito cerrado, con pavimento seco y en un recorrido definido por conos con
forma de S para simular el obstáculo. Se debe empezar a realizar la prueba a
una velocidad de 60 km/h,
se gira la dirección rápidamente hacia el carril contrario para evitar el objeto y luego inmediatamente
se desvía hacia el lado contrario para
evitar el tráfico opuesto. Todo este tramo
se realiza ¡en continua aceleración del
coche!
Los
componentes técnicos que se ven influenciados por el test son, sobre todo, los neumáticos
(son mejor con un perfil bajo) y es destacable la intervención del control de
estabilidad. También afecta a la suspensión y a la altura del vehículo.
La polémica: En 1997 Collin, de la revista automovilística sueca “Teknikens
Värld”,
se encontraba realizando el test a un Mercedes-Benz Clase A de primera
generación (W168) y, literalmente, ¡volcó el coche! A Collin le acompañaban 4 periodistas más ocupando todas las plazas
del vehículo. Por suerte, todos pudieron salir por sí mismos del vehículo, con
solo contusiones de poca importancia. Sin embargo, el Clase A sufrió un
considerable desperfecto. Una investigación posterior concluyó
que los neumáticos que montaba el vehículo fue lo que le
condujo al fracaso.
Repercusión: Cuando Mercedes-Benz lanzó
el Clase A allá por 1997, aparte de ser un nuevo modelo para la marca, era un
producto que inauguraba el futuro inmediato de la misma. Con un concepto nunca
antes tratado por el fabricante, fue el primer Mercedes-Benz de tracción
delantera además de contar solo con motores de cuatro cilindros en línea en
posición delantera transversal, algo también inusual para la empresa. En la
campaña de lanzamiento se hizo mucho hincapié en la seguridad del modelo, ya
que se trataba de un vehículo con un tamaño reducido (3605 mm de largo). El Clase
A contaba con un doble fondo hueco bajo el suelo del habitáculo. En caso de
choque frontal y, por el diseño de impactos, el motor se desplazaría hacia ese
hueco, evitando su intromisión en el habitáculo. Tras el incidente con la
prueba del alce, quedó en entredicho la supuesta seguridad del coche.
Tras investigar, Mercedes-Benz
resolvió el fallo endureciendo la suspensión del coche, rebajando
la altura, montando nuevas llantas con neumáticos de perfil bajo, y agregando
el control de estabilidad a todos los modelos, incluso a los que ya se habían
entregado a clientes. El Clase A pasó a la historia como el primer automóvil
pequeño en incorporar este dispositivo. A la par, la marca realizó una impresionante campaña de
marketing y publicidad para demostrar que su coche era seguro y que jamás
volvería a fallar.
Desde entonces, la
totalidad de las marcas existentes incorporan esta prueba a sus test de
seguridad. Incluso algunas agencias de seguridad de vehículos, como la estadounidense “National Highway Traffic Safety Administration” (NHTSA, parecido a la EuroNCAP en Europa), también los incluye en sus programas. Todos los fabricantes de
automóviles suelen tener mucho interés en los resultados cuando alguien realiza
el test a alguno de sus modelos por el posible perjuicio a la imagen, no solo
del modelo, sino también de la marca y, aunque se andan con mucho cuidado con
el tema, aún siguen apareciendo pruebas con faltas muy graves de estabilidad e,
incluso, vuelcos.
Curiosidades:
- Desde entonces la revista automovilística sueca de la polémica realiza la prueba a "cientos de coches cada año". Publican los
resultados de muchos años de pruebas en su sitio web.
- El Instituto Nacional de Investigación de Carreteras y Transportes sueco ha desarrollado un maniquí de pruebas de choque con forma de alce llamado "Mooses". El maniquí (que
está hecho con el mismo peso,
centro de gravedad y dimensiones de un alce vivo)
se utiliza para recrear colisiones
realistas.
- Los fabricantes de
automóviles australianos realizan simulaciones de choque con maniquíes de
prueba con forma de canguro por
razones similares.
- Volvo y,
anteriormente Saab, tiene muy presente este tipo de accidentes a la hora de
diseñar sus coches.
Por último, mostrar un
video de la importancia adquirida por una marca como Toyota, con la
presentación de su modelo GT86, respecto a la prueba:
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