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SUPERDEPORTIVOS ESPAÑOLES (I): TRAMONTANA

No hay nada peor que ser profeta en tu tierra. Cuando se piensa en deportivos siempre se acaba mirando a Italia (Ferrari, Lamborghini,...), Alemania (Porsche) o Reino Unido (Aston Martín) por citar algunos ejemplos. A poca gente se le ocurriría relacionar a España con este término. ¿Y si te dijera qué en España también se producen exclusivos deportivos que miran de tu a tu a cualquiera de los mejores del mundo? Pues sí y, como indica el título de esta sección, son marcas raras por ser marcas desconocidas para la gran mayoría del público, de España e, incluso, para algunos aficionados al mundo del motor. En esta serie de post hablaré de ellas. 


 Tramontana (del latín “de más allá de las montañas”) es un viento que sopla en el noreste de España y que puede llegar a alcanzar rachas de más de 200 km/h. Este es el nombre elegido para bautizar a una marca que ha ganado gran renombre internacional gracias a sus prestaciones y exclusividad.


En 2005 se funda la empresa “Avanced Design Tramontana”, situada en Palau de Santa Eulàlia, Gerona, en la Costa Brava de España. El vehículo, que adopta el mismo nombre de la empresa, se presentaba al público en el Salón del Automóvil de Ginebra de ese mismo año. La idea era crear un referente en el mundo del automóvil deportivo y súper exclusivo, a medio camino entre un caza de combate y un monoplaza matriculable. Según sus creadores: “el Tramontana encarna un concepto revolucionario que incorpora precisión técnica, el diseño personalizado y fabricación superior. El último vehículo del deseo y la emoción, inspirado en las curvas aerodinámicas de los vientos de la Costa Brava... una obra de arte intemporal.



Tramontana de 2 plazas
El Tramontana es un vehículo muy particular en su concepción. Con una longitud de 4,9 metros, 2 de ancho y 1,27 de alto, es un coche bastante largo para lo normal en este segmento. Esto es debido a que, pudiendo ser solicitado tanto con una o dos plazas, en este último caso, la segunda plaza se sitúa en tándem, es decir, tras el conductor y ligeramente superior a la altura de éste, como si de un caza se tratase. Esto se hace para mejorar el reparto de pesos y la aerodinámica del vehículo. Impulsado por un motor trasero central longitudinal V12 biturbo de origen Mercedes-Benz, con 5,5 litros de cilindrada, permite escoger dos configuraciones de funcionamiento: 550 CV y 890 Nm de par motor para un uso “normal” y, pulsando un botón situado en el salpicadero denominado por la marca como “Magic Button”, alcanzar los 720 CV de potencia y 1100 Nm de par. Con una caja de cambios manual-secuencial de 6 velocidades, desarrollada exclusivamente para este modelo, dirige la potencia a las ruedas traseras.

Frontal del Tramontana

Zaga del Tramontana


Detalle del interior
 Todo el coche se hace mediante el uso de los materiales más avanzados del momento provenientes de la alta competición como la Formula 1 y de la aeronáutica de combate, con el fin de lograr un vehículo extremadamente ligero y rígido. Es la fibra de carbono la que lidera estos materiales, combinada con titanio, aluminio e, incluso, madera para los acabados del interior, para aportar un toque de clase y distinción, logrando bajar la bascula hasta unos livianos 950 Kg, por lo que no es de extrañar que sus prestaciones sean de altos vuelos: realiza el 0 a 100 km/h en 3,7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 325 km/h limitados. En 2010 aparece la versión cerrada denominada “R Edition” con un curioso sistema de acceso al habitáculo compuesto por una cúpula tipo caza de combate que se abate hacia adelante para permitir el acceso y desmontable para dejar el cielo como techo.


Tramontana R Edition

Vista superior del Tramontana R Edition


Insignia frontal de oro macizo
Son vehículos de producción muy limitada (12 unidades al año como máximo) de construcción artesanal realizada a medida del cliente, por lo que, cada unidad es única, además de que el cliente puede incluir gran cantidad de elementos personalizados, que llegan incluso a un estudio de la ergonomía del comprador para adaptarle a su gusto tanto el asiento como el volante y los pedales para un mayor confort y rendimiento. “Lo único que no se puede elegir” son las insignias, tanto frontal como posterior, realizadas en oro macizo. Y para hacer cada modelo más único aún, a modo de número de identificación, cada coche lleva escrito un fragmento de un poema de Carme Pagés, poetisa catalana, sobre la Tramontana, el viento que le da nombre.




Su precio: a partir de 610.000 €, cifra que se puede elevar de forma sustancial si se empiezan a incorporar las opciones disponibles, aunque a favor, la compañía ofrece un exclusivo servicio técnico tras su adquisición que incluye el desplazamiento gratuito de sus operarios para trabajar en el coche allá donde quiera que este se encuentre de todo el planeta.

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Por Manu Ferrón. Con la tecnología de Blogger.